Saturday, October 27, 2012



COMBO CARAVAGGIO

Muestra "CARAVAGGIO Y SUS SEGUIDORES",
en el M.N.B.A
(clic en la imagen)


+

"CARAVAGGIO" de Derek Jarman,
aquí



"He de avanzar bastante para que vuelvan a encontrar lo que he anunciado sobre la metáfora paterna. Hay un hijo, la cabeza apretada contra el pequeño altar de piedra (Caravaggio), hace una mueca de sufrimiento, el cuchillo de Abraham levantado sobre él, el ángel que es allí la presencia de aquél cuyo nombre no es pronunciable. El ángel, un ángel, ¿qué es un ángel?. Estos ángeles, ¿cómo los suprimirían ustedes de la Biblia?, le decía a un padre eminente, lo volví loco. En mi último diálogo con el padre Telhard de Chardin, creí que lo haría llorar:

- ¿Me está hablando en serio?
- ¿Sí, padre, está en los textos. Con su nominador del planeta, ¿qué haría con los ángeles?"

(Lacan, seminario "Los nombres del padre", única reunión, 20/11/63)


AQUÍ LA PELÍCULA COMPLETA 
DE DEREK JARMAN:

Versión en inglés (no subtitulada):




Versión en italiano (no subtitulada):



"Les digo todo esto porque justamente vuelvo de los museos, y porque en suma la Contra-Reforma, ¡ah! la Contra-Reforma, era regresar a las fuentes, y porque el barroco es su vidriera, es la regulación del alma por la escopía corporal. Será preciso que alguna vez, en fin, no sé si alguna vez tendré el tiempo para ello, hablar de la música en los márgenes. Pero yo hablo solamente de lo que se ve en todas las iglesias de Roma, todo lo que se cuelga en los muros, todo lo que se derrumba, todo lo que delicia, todo lo que delira, ¿no?, en fin, lo que he llamado hace un momento la obscenidad, pero exaltada.

Me pregunto ante todo por alguien que llegara así, del último
rincón de la China, qué efecto debe poder producirle eso, ese aluvión de representaciones de mártires, y yo diría que eso se invierte, esas representaciones que son ellas mismas mártires, ustedes saben que mártir quiere decir testigo, mártires de un sufrimiento más o menos puro,
es nuestra pintura hasta que se hizo el vacío al comenzar seriamente a ocuparse de cuadraditos"

(Lacan, Seminario XX, "Otra vez/Encore", reunión del 8/5/73, versión establecida por Ricardo Rodríguez Ponte para circulación interna de la EFBA)


Guillermo Cabado


Nota: donde Lacan dice "cuadraditos" escúchese "cubismo" .



Sunday, October 14, 2012

.
.
"TE AMO, AUNQUE NO LO QUIERAS"...
"TE DESEO, AUNQUE NO LO SEPA"


(un grupo de estudio)


"Te amo, aunque no lo quieras",
fórmula que Lacan dice leer en Hegel. 

"Te deseo, aunque no lo sepa",
contrapone Lacan, y agrega:
ésta es "una receta" para que a la hora del amor
"el otro caiga en nuestras redes".

Para llegar a esa "receta" recorrió un camino
alrededor de la cuestión del amor y el deseo
hasta producir una concepción de la transferencia diferente a la de Freud. 

Los invito a seguir ese hilo con consecuencias en el consultorio:

Grupo de estudio sobre
el SEMINARIO VIII de Lacan

("La transferencia, en su disparidad subjetiva, su pretendida situación, sus excursiones técnicas")

y su después.


Informes:
cpn_centro@yahoo.com.ar 


Mientras tanto, 
para quienes hayan recibido la invitación en power point,
aquí la receta (de cocina) completa:

 "SALMÓN EN SÁBANAS NARANJAS"
(clic en el mar de los griegos)



Lic Guillermo Cabado


                  

Monday, August 13, 2012



"NECESITAMOS HABLAR DE ESE HIJO DE PUTA"

(a partir de la película "Tenemos que hablar de Kevin")




Una de Chiche y Mauro (1)

"Tenemos que hablar de Kevin" en su título original es "Necesitamos hablar de Kevin". Las resonancias de esa necesidad se pierden en la traducción, pero son las que se escuchan en el deslizamiento de recuerdos de la mamá de este hijo de puta.

Cuando yo era niño esa expresión se atenuaba sustituyéndola por un "hijo de mala madre". Pero en este llamar las cosas por su nombre (supongamos que esto a veces resulte un poco menos imposible), no hay ninguna apreciación moral en juego sino la puntuación del lugar de Kevin, el hijo de Eva, en este discurso que resulta ser la película que filmó Lynne Ramsay, basándose en una novela que fuera escrita también por una mujer. Ese discurso tejido entre lo que la madre recuerda y lo que de eso le retorna en situaciones como la de la trompada de otra madre: "me lo tengo merecido".

Un quesito para tentar ratones

La película puede resultar, entre otras cosas, una buena trampa para psico-especialistas. Planteada como una sucesión de recuerdos de Eva alrededor de su relación con su hijo durante los primeros dieciséis años de éste (todo lo previo al momento en que Kevin realizara la peor de sus acciones), enhebra un rosario de episodios contados desde la perspectiva materna.



El recuerdo de Eva respecto del estado de ánimo en el que estaba durante el embarazo. O el del día en que naciera Kevin...



... o el de la impotencia en la que la sumergía aquel llanto incontrolable del recién nacido (al punto de arrastrala a llevar el cochecito con el bebé berreando justo al lado de una perforadora de pavimento para, al menos por un instante, poder proteger ese órgano, que a diferencia de la boca o de los ojos, no cuenta con recursos para cerrarse por sí mismo: su oído)...



 ...son todos una invitación a que un oyente alimentado por cierto modo de entender el psicoanálisis termine por descerrajar el tan fatigado "Kevin no fue un niño deseado por la madre". El mismo con el que se concluyen tantas veces las perseverantes anamnesis en las entrevistas con padres, por ejemplo.
 
Así también el llamado que da título a la película (2), dirigido por Eva a su marido, y la respuesta que de éste obtiene, podrían precipitar a tal "oyente psi" a decir: "la función paterna opera de modo fallido, reduplicando la impotencia materna". Uf.



Impotencia materna que acaso, como siempre sucede con la impotencia, resulte en definitiva un poder no poder. En este caso: poder no poder matar a ese hijoDe allí lo beneficioso que es para un psicoanálisis tratar la impotencia sin poner el norte de la intervención en destrabarla, en habilitar lo que se quiere poder y no se logra... sino apuntando a conmover el estatuto de dilema que suele tener ese deseo inconciente. En otros términos: problematizar el dilema disolviendo la falsa opción que se cristaliza en "o lo mato o me sigo esforzando en ser una madre civilizada"



Juguemos a que sí

Estoy convencido de que un psicoanalista no puede decir nada, que no sea "orinar fuera del tarro", respecto de casos como los de Eva y Kevin. Sencillamente porque ninguno de ellos le está dirigiendo la palabra... y el psicoanálisis sólo existe gracias a la transferencia, y ésta no tiene chance alguna sin ese elemento básico. Pero relatos como el protagonizado por la gran Tilda Swinton (3) resultan un buen disparador para proponer juegos como éste: imaginemos que Eva fuera a ver a un psicoanalista y planteara que se siente culpable de las conductas de su hijo. 

Como cuestión básica, al escucharla necesitaremos saber que ninguna acción de los padres es suficiente para explicar el por qué de la conducta de un hijo. Si quieren podríamos decir: "pero influyen". Está bien, concedamos ese margen. Pero eso y decir nada... es lo mismo. Porque no sabemos en qué influyen ni cómo (ni el analista, ni los padres... ¡ni el mismísimo "influido"!). No sabemos qué de lo dicho/hecho por un padre o pariente es tomado por el niño ni tampoco el cómo. 

Una vez corridos del lugar de querer entender con la mamá por qué Kevin "salió como salió", lo que necesitaremos es aceptar que Eva es culpable. Claro, como enseñaba Freud: una cosa es que sea culpable y otra cosa es que sepa de qué. Es culpable porque ella así se presenta. Puesto bajo signo de interrogación el objeto de su culpa, se posibilita el camino para una consulta psicoanalítica. Eliminado de nuestra escucha el tentador "ella es culpable de lo que hizo Kevin", necesitaremos alojar su culpa. No rechazarla ni trivializarla. Permitir que se despliegue, que se dialectice. 

Es que sólo así podrá perder la culpa su función primordial: la de taponar lo que no cesa de no inscribirse. Es que mucho más desgarrador que decir "yo fui la culpable" es encontrarse con que "nada de lo que encuentre en la historia mía con Kevin terminará de explicar este horror".

¿Qué restará?. Un largo camino: el que acaso transforme la culpa en responsabilidad. Responsabilidad no respecto de los actos de su hijo, responsabilidad en relación al deseo y al goce que pueden cernirse leyendo lo que allí se diga. Responsabilidad que no implica la suposición de ninguna unidad decisoria en ella (ni conciente ni inconciente) (4). Lejos de juzgar el pasado, una apuesta a que aún en la tierra arrasada, Eva tenga la posibilidad de hacer sin que ninguna carta marcada decida por ella su próxima apuesta. Un largo camino. Pero en fin, ¿hay algo más importante en la vida que tomarse ese tiempo?.


Lic Guillermo Cabado


Si no viste la película de la que aquí hablo,
podrás hacerlo on lineaquí
  
(1) Señores que suelen sostener sus programas en la televisión argentina alrededor de historias como la de Kevin. En general con la colaboración de una tropa de "especialistas psi" que despliegan sus mapas de "la mente criminal".

(2) Aunque el efecto que produce en los espectadores, haga que en muchos casos también nosotros necesitemos hablar de Kevin.

(3) Sugiero esta nota sobre la excelente Tilda Swinton, Eva, que entre otras cosas, también en 2011,
protagonizó un personaje conocido por todos los que amamos a Pizarnik, la condesa Báthory:  

(4) Hay un planteo de Alfredo Eidelsztein, psicoanalista que viene planteando una serie de valiosas discusiones respecto del modo en el que se lee a Lacan (varios de estos debates habían sido planteados hace ya varios años atrás por Ricardo Rodríguez Ponte), que cuestiona la idea de "responsabilidad subjetiva" que se ha ido divulgando entre muchos psicoanalistas (https://elreyestadesnudo.com.ar/wp-content/uploads/2015/09/La-responsabilidad-subjetiva.pdf). La cita al seminario de Lacan "El reverso del psicoanálisis" (11/2/70) es uno de los mojones cuando respecto del saber inconciente dice: "hay un saber perfectamente articulado del que, hablando con propiedad, ningún sujeto es responsable. Cuando de pronto un sujeto tropieza con él, puede tocar ese saber inesperado, se queda, él, el que habla, bien desconcertado,"

Hasta allí acuerdo con su crítica, pero el problema es que en alguna presentación oral lo escuché deslizar a algo que es netamente diferente: no habría lugar en un psicoanálisis para la "responsabilidad" en tanto inevitablemente introduciría en la concepción de "sujeto" con la que nos manejamos la idea de que éste implica una unidad que podría "hacerse cargo" de sus actos inconcientes. Es respecto de este deslizamiento en donde planteo una diferencia.

Para ello remito al seminario sobre "La ética del psicoanálisis". Allí Lacan está interesado, entre otras cosas, en lo siguiente: ¿cómo hacer para apuntar a la responsabilidad sin convertirla en un asunto de mala o buena voluntad del sujeto?. Esa problemática que una y otra vez se pone en el tapete, por ejemplo, cuando un sanador de adicciones escucha al enfermo decir “no quiero vivir con esta dependencia” y al rato lo ve transgredir las pautas terapéuticas que le han fijado para su bien. Rápidamente la conclusión que aflora es “fulano no quiere curarse”. Lo que Lacan apunta, leyendo a Freud (no haciendo una continuidad entre lo que éste dijera y lo que Lacan dice) es que es necesario una precisa distinción topológica, de relación de lugares, para que el psicoanálisis no empantane en este callejón sin salida: “o es que realmente no quiere curarse o es que quiere pero fuerzas superiores lo someten sin que él tenga nada por hacer allí”.

He allí entonces el planteo de Lacan del ethos (en cuya etimología reside la idea de "punto de partida con inclinación hacia") del psicoanálisis. La ética de esta praxis: apuntar al nivel de la fixierbarkeit (fijación) y de la haftbarkeit (perseveración) de la aventura libidinal. Estos dos términos los extrae de “Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad” de Freud (el lector puede rastrearlos en la página 221 del volumen 7 de Amorrortu). Lacan los toma haciendo su clásica operación de lectura de Freud: dice en la clase del 13 de enero de 1960 que haftbarkeit “se traduce aproximativamente por perseveración (aclaro aquí que en la traducción de Amorrortu el término usado es "adhesividad"), pero tiene empero una curiosa resonancia en alemán, pues más bien quiere decir responsabilidad, compromiso”. Es a nivel de esa perseverancia pulsional donde radica la responsabilidad en juego en un psicoanálisis. No se contradice con la noción de sujeto que propone Lacan, sí con la unidad yoica

Por tanto es a ese nivel al que apunta la intervención del psicoanalista. A ese nivel del “nolens volens” (algunos lo traducen por un "quiérase o no", y que prefiero definirlo con un “no queriendo queriendo”), que aquella famosa frase del personaje mexicano “el Chavo”, parecía evocar: “¡lo hice sin querer queriendo!”. En la clase del 20 de enero dirá Lacan: “es un registro donde existe la buena voluntad y la mala voluntad, ese nolens volens que es el verdadero sentido de esa ambivalencia que se ciñe tan mal cuando se la toma a nivel del amor y del odio”. Mi destaque de la cópula de la conjunción, “y”, es crucial: no es mala o buena, son las dos juntas… ¡por tanto es ninguna de ellas per se!. Esta suerte de oxímoron las hace implotar. Léase: deja de ser un asunto de voluntad proveniente de una unidad, de una “cabeza”. No es un asunto donde el Yo gobierne, ya sea en su dimensión conciente o en su dimensión inconciente-vuelto-conciente gracias al análisis (“ah, entonces lo que Yo quería era esto, sólo que lo tenía reprimido y no me daba cuenta”). El oxímoron implota la idea de unidad (“el punto del inconciente” al que el psicoanálisis supuestamente debería acceder, en tanto causa de “las conductas locas y contradictorias”).

Sunday, August 12, 2012


Complemento al nro 4 de la serie "¿QUÉ ES UN NIÑO?"


ACUARELA SOBRE “ZZ”


La música, los estados de felicidad, la mitología,
las caras trabajadas por el tiempo,
 ciertos crepúsculos y ciertos lugares
    quieren decirnos algo,
 o algo dijeron que no hubiéramos debido perder,                                                                                                                                                    o están por decir algo;
                                                 esta inminencia de una revelación que no se produce
                                         es, quizá, el hecho estético.

 (“La muralla y los libros” en “Otras inquisiciones”, Jorge L. Borges) 







No me pegues, soy Cabado

Tic. Alguien enciende el reloj. Tac tic tac tic tac. Estamos en la prisa. Tic. Ahora “ZZ” con sus cinco años está sentada frente a mí. Tac. La mamá no puede esperar. Tic. “No la soporto”, me dijo en la primer entrevista. Tac. En ello un pedido: “haga que deje de ser la piel de Judas”. Tic tac. “¿Por qué ahora y no antes?”, dije. Tic. Mi pregunta pareció caer en el vacío. Tac. 

“ZZ” juega. Habla poquito (según vaya a saber qué medidor de cantidad). Y dibuja. Cada tanto algo se repite: personajes cubiertos con sábanas. Tic. “¿Qué son?”. Pregunta la mía poco ajustada a sus prisas. Se impacienta: “¿y qué van a ser?, ¡fantasmas!”. Toc. Y, sí. “¿Pero qué onda los fantasmas?”. Tac. “ZZ” me mira y mirándome ve cómo me ocupo de obviedades. Tic tac. 




En este clima de prisas ajenas ella no tiene apuro. Tic, tac. Más: ser-la-piel-de-Judas para ella no representa un problema. Tic. Sí para la mamá. Tac. Acaso para la escuela, tic, por lo que en la convivencia en la sala produce. Tac. “ZZ” al fin responde: “son fantasmas”. Tic. “A ver si se parecen a los que imagino: ¿cómo son estos fantasmas?” (y en ello rompo el diccionario y sus significados-para-todos). Responde: “sábanas con algo escondido”. Tac. Y se calla. Tic, tac, tic, tac. 

Un día sucede aquel truco de magia del que hablé en un post anterior (1). Y su cachetazo. Tuc. Pasa el tiempo y los encuentros. “Mi mamá se aburre en casa”. Tac. “Por eso me reta”. Tic. “¿Por qué me lo contás?” . Tac. “Porque no me gusta que me grite”. “¿Por qué?”, otra obviedad de mi parte, pero ella se ha acostumbrado a este reino del revés que es el consultorio, donde las preguntas son sobre lo que todo-el-mundo-ya-se-lo-sabe-de-sobra. Y responde: “...el ruido que hace la voz”. No me apuro pero no cedo: “o sea...”. Se encoge de hombros: “eso”. Tic, tac. “¿Cómo es Eso?”. Tic, tac, tic. “¡No me sale el ruido ése!”. Tac. Espero. 




Tic. “¿Y qué te pasa cuando suena el ruido?”. Se tapa los oídos y dibuja otra vez fantasmas. Repaso mi lección, en voz alta: “algo esconden”. “Callate tonto”, me dice. Ups. Rompe el dibujo. Tic, tac, tic.

Así pasan nuestros encuentros. Con “ZZ” vamos “descubriendo” sobre ella: que del reto joroba el grito, que la mamá reta porque se aburre, que no es tan claro que reto y aburrirse vayan juntos pero bueh, no se le ocurre otra explicación... 

También descubrimos cómo “le jode” que le hablen los papás. Y que le jode “porque me dicen mentiras” (empieza a resonar aquel cachetazo en mi mejilla después de que le hiciera magia escondiendo la tapita en mi boca). Vamos haciendo equilibrio por un hilo de vacío. 




Y en ese fino camino van cayendo miguitas de verdad sobre “ZZ”: a, b, c, d, e... “ZZ” habla sobre ella y trata de explicarse sin proponérselo. Y si bien descubre cosas una y otra vez algo le queda más allá del espejo.

Se ha armado entonces a lo largo de este tiempo una extraña experiencia: las miguitas que van cayendo dicen cosas concretas sobre ella pero... (shh, detengamos nuestra pasión interpretativa de elefantes en el bazar...) una y otra vez las miguitas terminan diciendo otra cosa que lo que pretenden decir,

o parecen haber dicho algo que no hubiéramos debido perder, 

o lucen prontas a decir pero no aún...

Esa inminencia de una revelación que no se produce es, quizá, el lugar de encuentro con la verdad del sujeto. Esa extranjería en su propio cuerpo. 




Del resto que se nos escabulle en la grieta, de eso se trata. 

Porque lo he dicho lo vuelvo a decir: en ese fracaso (2), en ese vacío, algo se alcanza. Nada más. Nada menos.


 Guillermo Cabado


Nota sobre el cachetazo: con el tiempo ese "ocultamiento" en el que mi truco de magia se transformó a partir de entrar para ZZ en la serie de los padres, se empezó a jugar en el lazo entre éstos y el analista. Pero ésa ya es otra historia y otro discurso, aunque padres y niña vivieran bajo el mismo techo.


(Las imágenes pertenecen a la artista Loretta Lux)

(1) Ver: http://rumorosa.blogspot.com.ar/2012/07/4-desarrollos-para-el-grupo-de.html

(2) Hacia esto nos dirigiremos en el nro 5 de esta serie



Wednesday, August 08, 2012



¿POR QUÉ EL CONOCIMIENTO ES SIEMPRE PARANOICO?


A partir de "AMELIE" 
la película de Jean Pierre Jeunet



El próximo sábado 11/8
a las 16hs
en "LACAN CON CINE"


Nos serviremos de 
un personaje lateral en la trama de "Amelie",
interpretado por Dominique Pinon 
(ya dirigido por Jeunet en "Delikatessen")...
  

  ...para abordar el planteo lacaniano que lo mantuvo en contacto con Dalí en los años 30':

"el conocimiento es siempre paranoico" 


Mientras tanto, a quien guste ver la película
le propongo pasar previamente por este pequeño "juego pictórico"...

Clic en este cuadro de Renoir que aparece en "Amelie":


 
Lic Guillermo Cabado



Friday, July 20, 2012




"MÁS ALLÁ DEL BIEN Y DEL MAL"
de LILIANA CAVANI (1)

(película completa y on line)

Andreas-Salomé, Rée y Nietzche

 
Septiembre de 1911

"Durante nuestra estancia en Weimar, Sachs y yo aprovechamos la oportunidad de visitar a la hermana y biógrafa de Nietzche, Frau Elisabeth Nietzche de Förster. 
Sachs le habló del Congreso de psicoanálisis a realizarse en la ciudad y se refirió a la semejanza entre algunas ideas de Freud y las de su famoso hermano 
(entre los miembros del Congreso estaba Lou Andreas-Salomé, la gran amiga de Nietzche y más tarde de Freud)"

("Freud", biografía escrita por Ernest Jones, cap 19)


"...sabemos que Lou asistió al Congreso en septiembre de 1911 con Poul Bjerre, un psicoterapeuta sueco que era su amante en ese entonces. 
Freud se rió de su "deseo expresado con tanta vehemencia de estudiar psicoanálisis". 
En su entusiasmo ingenuo, Lou estaba actuando como un niño atraído por un facinante juguete nuevo.
"¿Acaso me confunde con Santa Claus?", le preguntó Freud con mirada brillante"


("Las mujeres de Freud", de Appignanesi y Forrester, cap 8)
 

 

 (video no visible en versión por mail)

Junio de 1964

"Si reanudamos el asunto del bien y del mal, se verá que el hedonismo, como es bien sabido, fracasa, patina, cuando intenta explicar la mecánica del deseo. (...) no hay mal que no produzca un bien, y cuando se presenta el bien, no hay bien que aguante con el mal.
Por eso fracasa la ética cuando se sitúa en el puro y simple registro del placer..."
(Seminario XI de Lacan, clase del 10/6/64)


(1) Ya había dirigido dos años antes el clásico "Portero de noche"




Thursday, July 19, 2012


3 - Desarrollos para el grupo de analistas en formación
del Centro Dos

-3-

DE TIM BURTON A ALEJANDRA PIZARNIK 
(¿HAY CINE o TEATRO PARA CHICOS?)

.Nro. dos de la serie
(escrita en 2005) 


"¿QUÉ ES UN NIÑO?"
(o "EL REFLEJO OSCURO DE LA LUNA")




..
“En esta película que es la novela de Dahl,
la culpa es, como siempre, de los padres.
Padres monstruosos tienen hijos monstruosos”

(comentario sobre la película de Burton, "Charlie y la fábrica...",
de Gustavo Noriega en la revista “El amante del cine”)


.¿El niño es un reflejo de la madre que lo parió?

Entre los comentarios recibidos después del nro 1 de esta serie (gracias por ellos) se introdujo una palabra que, con el permiso ya concedido por su emisor, tomaré como eslabón para continuar. Decía el correo respecto de "Charlie y la fábrica de chocolate": “en definitiva esos chicos son un reflejo... de sus padres” (por ejemplo: el alemancito voraz del afiche con que abrimos este comentario y sus “contagiosos” padres voraces).

Me permití aquí intervenir aquella frase original subrayando la palabra "reflejo" e introduciendo luego tres puntos suspensivos. Como quien hace espacio, en esos puntos cabe un gesto: el que suele sobrevenir tras el momento en el que uno se topa con un reflejo inesperado:sobre un vidrio. Me refiero al simple gesto de voltear la cabeza en busca del origen de tal reflejo.

(fotograma de la vieja película "La sociedad de los poetas muertos",  
extraído de lo que juzgo es su escena clave, generalmente desatendida en los comentarios que se hicieran sobre el film: la escena de las fotos de los alumnos de antaño y los nuevos, reflejados sobre el vidrio)


Con esos puntos suspensivos la idea de que el niño sería un reflejo de toma otro color. Es que el dichoso giro de cabeza en busca del original reflejado deja de ser un mero asunto muscular para resultar la encarnación de la pregunta por el origen de, por la fuente de, por la causa de ese niño, supuesto reflejo.

Es ésa la pregunta que merodea las escuelas, los consultorios y las alcobas a la hora en que los padres se angustian por ciertas conductas de los hijos: "¿qué es lo que hace que un niño sea el niño que es?".

En esa metáfora del reflejo un riesgo acecha: pensar a los chicos como una especie de fotocopia, marioneta, o escultura parida por un amo y su mano. Idea que suele aparecer en frases como: "¡pero qué querés!: con semejante madre, ¿qué se puede esperar del hijo?...".


Dime qué padres tienes...

 
A pesar de la tentación del juego de las similitudes, los niños de la fábrica de Willy Wonka, como todos los niños, no son  en "sí mismos" un reflejo. Apenas personas, que viven su vida, sin perjuicio de que sobre sus cuerpos en ocasiones se formen reflejos de sus padres.
 

Conviene no confundir el reflejo con su soporte ocasional. La clínica psicoanalítica nos enseña que el hecho de que una niña hable "igual" que su madre no autoriza a creer que entre ellas haya alguna continuidad del ser ("de tal palo...").  

Pero aún así una pregunta se impone: ¿esos chicos son pasivos objetos reflectores... o de algún modo "eligen"trabajar de espejo? (acaso sea ésta la profesión auténticamente más antigua del mundo).(1)

No me haré el distraído: en todo este asunto un fantasma agita su sábana. Se trata de cierta teoría que algunas erradas lecturas hechas sobre los planteos freudianos contribuyeron a robustecer: "dime qué padres tienes y te diré por qué eres como eres". De allí a imaginar "Escuelas para Padres", hubo apenas un paso... (por prevenir, ¿vio?... ¡es que uno nunca sabe...!).


“¡Suéltame, pasado!”

En cualquier caso, no se trata de negar una obviedad: todo sujeto recibe influencias de otros y, en general, especialmente de los padres. No da lo mismo la biografía. Pero que no dé lo mismo no la convierte en causa de. No es el niño una escultura que va siendo moldeada por los episodios de su vida. Por más pequeño y dependiente que él sea, por más manipuladores o influyentes que los otros se tornen con él. Por cierto, esta idea es tan pregnante en ciertos modos de pensar un "tratamiento psicológico", que suele verse la siguiente escena:
.
“¡Suéltame pasado!”,
grita un adulto
 mientras toma de las solapas a su padre.
E inmediatamente el padre, futbolero, interpela al psicólogo de turno, convocado a juez:
Ful del atancante no es penal, referí!"
 
.(Alicia Liddell, musa inspiradora para Charles Dodgson, más conocido por Lewis Carroll;
 fotografiada por él mismo)


El reflejo de un reflejo


París, 1881. Edgar Degas finalmente se decide a exponer su “Pequeña bailarina de 14 años”.


Algunas reacciones al ver a la muchachita: “eso no es una niña, parece un mono”, “esa criatura parece una prostituta”.

Poco importa que aquella bailarina fuese de cera: para nuestro menester la escultura era una niña cada vez que alguien así la llamaba.

Aunque en la caja vidriada el escultor hubiese puesto a la mismísima Marie que parece que fue la modelo original en el que se inspiró (2), lo que en ella se reflejaba... nada decía de lo que ella era.

Más bien aquel reflejo apenas era una pista de lo que en el lugar de la niña agitaba a aquellos espectadores. Allí, sobre la niña, un reflejo de algo que aquí, en el adulto, no es el  "original proyectado (¡!) sobre la pobre criatura" (por ejemplo: "la ansiedad materna")... sino apenas una pista, un reflejo de cierto "no sé qué" que en el adulto se agita sin poder ser atrapado por ninguna explicación como "la ansiedad materna".

En otras palabras: he allí, en la niña, el reflejo de... un reflejo (3).

Luego: ¿qué era ese no sé qué agitándose en ciertos adultos, al punto de provocar aquel juego de reflejos?. Otra vez: ninguna explicación del tipo "tenían la cabeza podrida y por eso proyectaban en la niña", está a la altura de ese no sé qué.:


(video no visible en la versión por mail) 

Bien, pero entonces... ¿¿¿qué es un niño???.


Estoy en pido, canté. Me extendí más de la cuenta. En el próximo contacto compactaremos renglones y haremos como Dady Brieva y sus agrandadytos (4): los niños nos hablarán de ellos, es decir: de la teoría de los conjuntos. Cuántos recuerdos.


Lic Guillermo Cabado




(1) Entrecomillar el "eligen" es suficiente para advertir que es necesario problematizar el alcance de esa palabra. Vean en las comillas asomarse la cuestion del haftbarkeit pulsional que Lacan extrae de "Tres ensayos..." de Freud para destacar que ese término alemán indica no sólo perseverancia sino también responsabilidad subjetiva, cuestión fundamental para no hacer del sujeto del inconciente ni un "Yo oculto detrás del Yo visible" ni tampoco una hojita al viento que por no ser culpable tampoco es responsable de su posicionamiento en el deseo. 
Respecto de la profesión más antigua, la de los espejos, sugiero leer “El estadio del espejo como formador de la función del yo (Je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica” (de Jacques Lacan, “Escritos I”)

(2) En el París de 1880 era habitual que los padres de las niñas bailarinas favoreciesen que las mismas se prostituyesen con el calificado público masculino que concurría como espectador del Ballet. No todas podían pasar a ser bailarinas destacadas con buena paga.

(3) Sobre este punto sugiero visitar las películas “Vértigo” de Hitchcok y "El tiempo" de Kim ki duk. Y si les queda tiempo el placer de ver componer con reflejos: “Playtime”, de Jacques Tati. (unos nenes de aquéllos).Si hay aquí algún psicoanalista leyendo, le sugiero ver el film de Hitchcok y el de Kim Ki Duk con la “Observación sobre el informe de Daniel Lagache” (Escritos II, J.Lacan) y las primeras 5 clases del seminario 10 de J. Lacan, La angustia, en la valiosa traducción de Ricardo Rodríguez Ponte, a mano. Agrego a este posible recorrido la primer parte del libro de Slavoj Zizek, “Porque no saben lo que hacen”, en particular en lo que concierne al planteo hegeliano de la inversión de la inversión.

(4) Referencia de época: en el 2005, época de escritura de este material, estaba muy presente el efecto producido por el programa de TV "Agrandadytos", en el que Dady Brieva conversaba con niños.

Sunday, June 24, 2012


"PINTA LACAN"
En DAIN USINA CULTURAL
a
Material para el 4to encuentro


ENTRE MATISSE Y LACAN

O de un hacer en el que se depone el control del ojo a favor del ex nihilo (1)


Decía  Lacan en su clase del 11/3/64 de su seminario XI, "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis"(los subrayados son míos):

"... el ejemplo tan bonito que propone Maurice Merleau-Ponty en un recodo de "Signos", la extrañeza del film en cámara lenta en el aparece Matisse pintando. Lo importante es que el propio Matisse se haya sentido turbado. Maurice Merleau-Ponty subraya lo paradójico de ese gesto que, aumentado por la dilatación del tiempo, nos permite imaginar la más perfecta deliberación en cada una de las pinceladas. Es sólo un espejismo, dice. Por la rapidez con que llueven del pincel del pintor las pequeñas pinceladas que se van a convertir en el milagro del cuadro, no puede tratarse de elección, sino de otra cosa. Esa otra cosa, ¿podemos intentar formularla?.

¿No habrá que ceñir la pregunta a lo que he llamado la lluvia del pincel? Si un pájaro pintase, ¿no lo haría dejando caer sus plumas, una serpientes sus escamas, un árbol desorugándose y dejando llover sus hojas?. Esta acumulación es el primer acto en el deponer la mirada. Acto soberano, sin duda, puesto que pasa a algo que se materializa y que, debido a esa soberanía, volverá caduco, excluido, inoperante, todo cuanto, llegado de otro lado, se presentará ante ese producto".


(1) Para abundar sobre el "ex nihilo" 
sugiero partir del análisis de un caso clínico de una mujer que pinta cuadros con destreza llamativa sin jamás haber tomado antes un pincel, 
desplegado en el seminario VII de Lacan


Aquí un fragmento del documental al que aludía Ponty en su libro "Signos", filmado por Francois Campaux en 1946

(para ver lo que comenta Lacan se puede ir directamente al minuto 4.50, que es la repetición ralentada del movimiento del pincel de Matisse que se puede encontrar en los minutos previos):

 mail)

Y ÉSTE ES EL PASAJE DE "SIGNOS" DE MERLEAU PONTY


"El acto de pintar tiene dos caras: está la mancha o el trazo de color que se pone en un punto del lienzo, y está el efecto que esa mancha o ese trazo producen en el conjunto, sin medida común con ellos puesto que no son casi nada y bastan para cambiar un retrato o un paisaje. Quien observara al pintor muy de cerca, con nariz sobre su pincel, no vería más que el revés de su trabajo. El revés, es un débil movimiento del pincel o de la pluma de Poussin, el derecho es la brecha de sol que desencadena. Una cámara registro en cámara lenta el trabajo de Matisse. La impresión era prodigiosa, hasta el punto de que conmovió al propio Matisse, se dice. Aquel mismo pincel que a simple vista saltaba de un acto a otro, se le veía meditar, en un tiempo dilatado y solemne, en una inminencia de principio del mundo, emprender diez posibles movimientos, bailar ante la tela, rozarla varias veces, y abatirse por fin como el rayo sobre el único trazado necesario. Hay, por supuesto, algo de artificial en este análisis, y Matisse se equivocaba si creyó, bajo palabra de pélicula, que había verdaderamente optado, aquel día, entre todos los trazados posibles y resuelto, como el Dios de Leibniz, un inmenso problema de máximos y mínimos, no era un demiurgo, era un hombre. No mantuvo bajo la mirada del espíritu, todos los gestos posibles, y no tuvo necesidad de eliminar a todos menos uno, dando razón de su elección. Es la cámara lenta quien enumera todas las posibilidades. Matisse, instalado en un tiempo y en una visión de hombre, miró el conjunto abierto de su tela comenzada y llevó el pincel hacia el trazado que le llamaba para que el cuadro fuese por fin aquello en lo que estaba convirtiéndose. Resolvió con su sencillo gesto el problema que después parece implicar un número infinito de datos, del mismo modo que, según Bergson, la mano en las limaduras de hierro logra con un golpe el complicado arreglo que le hará sitio. Todo ha ocurrido en el mundo humano de la percepción y del gesto, y si la cámara nos da del acontecimiento una versión que fascina, es haciéndonos creer que la mano del pintor operaba en el mundo físico en el que son posibles una infinidad de opciones. Es cierto, sin embargo, que la mano de Matisse vaciló y por lo tanto también es cierto que hubo elección, y que el trazo elegido lo fue de tal manera que incluía la observación de veinte condiciones diseminadas sobre el cuadro, informuladas, informulables para cualquier otro que no fuera Matisse, puesto que no estaban definidas e impuestas más que por la intención de hacer aquel cuadro que aún no existía.

Lo mismo ocurre con la palabra verdaderamente expresiva y por consiguiente con todo lenguaje en su fase de establecimiento. No elige solamente un signo para un significado ya definido, como se va a buscar un martillo para clavar un clavo o unas tenazas para arrancarlo. Tantea en torno a una intención de significar que no se guía por un texto, que es lo que precisamente está escribiendo. Si queremos hacerle justicia, tenemos que evocar algunos de los signos que hubieran podido estar en su lugar, y que se han rechazado; sentir cómo, de haber estado, habrían conmovido y desquiciado la cadena del lenguaje; hasta qué punto esta palabra era realmente la única posible, si es cierto que este significado debió venir al mundo..."

(los subrayados son míos)

Guillermo Cabado


Agrego aquí otro pasaje de Merleau Ponty aportado por la filósofa  uruguaya María Virginia Cordovés Bella, corresponde a "El lenguaje indirecto y las voces del silencio":

"... Sin embargo es verdad que la mano de Matisse ha vacilado, y entonces es verdad que ha debido elegir allí y que el trazo elegido lo ha sido de manera de observar veinte condiciones dispersas sobre el cuadro, informuladas, informulables por ningún otro que por Matisse, pues ellas no estaban definidas e impuestas más que por la intención de hacer de aquel cuadro que no existía todavía"

¡Gracias Virginia!


Friday, June 22, 2012


"PINTA LACAN" 
en DAIN USINA CULTURAL


Materiales para el 3er encuentro



1- ¿"REALIDAD PSÍQUICA" vs "REALIDAD-TAL-CUAL-ES"?

"La condición humana", Magritte (1)



"Gratitud infinita", Magritte


La puerta a "la realidad tal cual es" en el final de "The Truman Show"




2 - "VÉRTIGO", de HITCHCOCK.

O POR QUÉ UNA CUADRO ES LA IMITACIÓN DE UNA IMITACIÓN




L
es propongo relacionar la película "Vértigo" de Hitchcock con este pasaje de la clase del 11/3/64 de Lacan de su seminario XI (lo comentaremos en nuestra reunión):

"Si la superficie en donde Zeuxis había trazado sus pinceladas atrajo a unos pájaros que confundieron el cuadro con uvas que podían picotear, obsérvese, empero, que semejante éxito no implica para nada que las uvas estuviesen admirablemente reproducidas, como lo están las de la canasta del Baco del Caravaggio, en los Uffizi.

("Baco", Caravaggio)

De haber sido así, es poco probable que hubiesen engañado a los pájaros - ¿por qué habrían éstos de ver uvas en ese ejercicio de virtuosismo?. Ha de haber algo más reducido, más próximo al signo, en lo que para unos pájaros puede constituir una uva de presa. Pero el ejemplo opuesto de Parrhasios nos hace ver claramente que cuando se quiere engañar a un hombre se le presenta la pintura de un velo, esto es, de algo más allá de lo cual pide ver.

 

Con esto, el apólogo nos muestra por qué Platón protesta contra la ilusión de la pintura. El asunto no estriba en que la pintura dé un equivalente ilusorio del objeto, aunque aparentemente Platón pueda expresarse así. Estriba en que el trompe-l'oeil de la pintura da como otra cosa que lo que es.


¿Qué nos seduce y nos satisface en el trompe-l'oeil. Pues en ese momento aparece como otra cosa que lo que se daba, o más bien, se da ahora como siendo esa otra cosa. El cuadro no rivaliza con la apariencia, rivaliza con lo que Platón, más allá de la apariencia designa como la Idea. Porque el cuadro es esa apariencia que dice ser lo que da la apariencia, Platón se subleva contra la pintura como contra una actividad rival de la suya".



Guillermo Cabado




(1) En su sexta reunión del seminario X, "La angustia", Lacan alude a un comentario que hiciera respecto de "La condición humana" de Magritte: para abordar la función del marco.en el fantasma del sujeto.