Saturday, March 21, 2015



20 - Nozarashi

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NOZARASHI
(INTEMPERIE)

* capítulo 20 *





Un juego de verano
en el jardín japonés.

(a Ricardo Rodríguez Ponte, 
de cuyo apasionado trabajo 
hallarán esquirlas desperdigadas 
a lo largo de estos breves capítulos)

CAPÍTULO 20

Sobre la mesa de la cocina tengo una esperanza seca. No habrá hanami: el libro de Barthes es uno de los tantos objetos que Celina dejó en casa y de los que ya no podría esperar flores. Es cierto que durante todos estos meses quise ver en ellos el hilo rojo e invisible que aún nos amarra en el meñique y en el corazón. 

Pero ella ni siquiera intentó contactarse conmigo. Su leyenda japonesa es toda una estafa. No existe el hilo ni el rojo. 

Para peor en la primer página del libro me tropecé con su letra y aún no me atrevo a leerla.



Sé que son palabras de estudio, las vi alguna vez. Repito entonces nuestra vieja ceremonia para templar los espíritus: abro el frasco y respiro el galope inmediato del café molido. Pero me ahogo, sin ella no sucede. Tampoco puedo odiarla. 

No consigo hacerme un sentimiento. 

Ni siquiera con el recuerdo de mi pez

Y leo:

"El placer del papel y de la mano, el peso del brazo apoyado sobre la mesa.
La escritura sale del gesto que la crea". 

Tiene algo de su respiración pero está entrecomillado, supongo entonces que no es ella quien dice. Termina así:  

"Roland Barthes saca a la luz, en 'El imperio de los signos', este aspecto esencial de la escritura japonesa.
El Japón es el país de la escritura".


Y es en este punto que el alucinado "proyecto Tanaka" regresa a tomarme de las solapas. 

Abe Sada compartió los últimos tres meses de Ishida Kichizo hasta hacerlo morir en su enésimo coito, asfixiándolo con la faja de su obi. Con el filo de un cuchillo no sólo cortó el pene y el escroto de su amante muerto sino que escribió en el brazo de Kichizo su nombre de mujer, , después de haber escrito con la sangre derramada, en el muslo de él y en las sábanas de ellos: "Sada, Kichi Futan-kiri" ("Sada, Kichi juntos").


Explicó a la policía que al escribir en la ropa de cama y en la pierna sintió que él era parte suya, y al grabar su nombre en el brazo inerte supo que ella era parte de él.

Las crónicas de 1936 relatan que durante los tres días que siguieron hasta el momento de ser detenida, Abe Sada tanto portó aquel trozo de Ishida entre sus senos, como intentó devorarlo, e incluso planeó dejarse caer desde lo alto de un acantilado aferrada a ese falo exhausto. Pero otra fue su suerte.

Pasó cuatro años en la cárcel hasta que su pena fue conmutada en ocasión de las celebraciones por los 2600 años de la asunción del "guerrero divino", el improbable emperador Jinmu. En los siguientes treinta años su imagen pública fue virando hacia una suerte de ícono del saber erótico. Tras publicar sus memorias, su alto perfil fue menguando con los años.

 

Hasta que en 1969 reapareció participando de un documental sobre crímenes cometidos por mujeres. Siguieron meses de exposición, y luego nunca más se supo de ella. Poco tiempo más tarde Noboru Tanaka filmó "Jitsuroku Abe Sada" y un año después Oshida triunfó en Cannes.

Pero lo que yo no sabía es que en el museo de patología de la Facultad de Medicina de Tokyo durante algunos años permaneció exhibido el falo de Ishida.

Sin lo que después  sucedió con ese trozo de cuerpo, ese trozo de amante, el "proyecto Tanaka" no hubiera visto la luz.














(Para leer el capítulo 21, clic aquí)

Guillermo Cabado



La tercera de las imágenes pertenece a una instalación de la artista china Beili Liu, en la que aborda la leyenda, que para unos se origina en China y para otros en Japón, del hilo rojo que une en su destino a los amantes
.
Precisamente en la película "Dolls" de Takeshi Kitano está presente esa leyenda. A este film pertenece tanto el video final como el resto de las imágenes. Esta película ya fue referida en el capítulo 7 de "Nozarashi" , a partir del bunraku citado por Barthes y por Lacan en su "Lituraterre". 

La música del video pertenece a Joe Hisaishi (Mamoru  Fujisawa), creador de varias bandas sonoras de películas (entre tantas otras la de "El viaje de Chihiro" ).

Las referencias a la historia acaecida en 1936 entre Sada Abe y su amante asesinado, así como a los films de Noboru Tanaka y Nagasi Oshima y a la obra de Barthes fueron realizadas en el capítulo anterior.


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