Saturday, March 19, 2016


"PERDER TU PÉRDIDA"
(una lectura crítica de "Duelo y melancolía" de Freud en "LACAN CON CINE", 
entre películas y un libro de Jean Allouch)


(cuando me pregunté cuál sería el ícono para la muerte, no la física, para la cual suele estar la calavera, sino la del amor, la colega María Lourdes Iannizzotto me sugirió la de "Dolls" de Kitano, articulada en la leyenda del hilo rojo)


Preparando algunas líneas del taller que iniciaremos en abril comparto aquí un poema de Estela Figueroa (le debo su conocimiento al poeta Patricio Foglia) y un pasaje del libro "Erótica del duelo en el tiempo de la muerte seca" de Jean Allouch del que nos serviremos para vertebrar los encuentros de "Lacan con cine" que en esta ocasión titularé "Perder tu pérdida":


Mirando una vieja fotografía

No estalló una bomba.
No hubo un incendio.

Estalló la vida.
La vida se agotó como un fósforo.

Todas esas personas jóvenes
que sonríen a cámara en una boda
en esa foto que amarillea
murieron a una edad razonable
y de dolencias comunes.

“Hay una puerta que se ha cerrado hasta el fin del mundo”
Y qué rápidamente.

(Estela Figueroa, "La forastera")


(fotograma de "La sociedad de los poetas muertos": la foto de aquellos otros estudiantes, en la vitrina y el reflejo de los estudiantes de ahora mirándola. La mesa estaba servida para que el tal profesor Keating lanzara su famoso "carpe diem")


"Y SE SORPRENDEN ENTRE LOS FREUDIANOS DE QUE LOS DUELOS SEAN INTERMINABLES... COMO SI NO SE HUBIERAN CONTRIBUIDO MUCHO PARA ESO"

Propongo ahora visitar este pasaje de "Erótica del duelo...":

"Si bien habla de la inexistencia del objeto, Freud sin embargo no identifica (salvo en la realidad... lo que muestra el carácter mal barajado de esta noción) la muerte del amado(a) con su inexistencia (que muera no implica que deje de existir...). Delimita también un sitio para el objeto perdido, tiene también su más allá, que es... psíquico. En quien está de duelo, escribe:

'la existencia del objeto perdido continúa en lo psíquico'

Excepto el término de existencia, la observación no puede ser más clásica: Freud no inventa el anhelo, occidental y ampliamente vano, de sobrevivir en el recuerdo de quienes quedan (...)

(...) Otra característica de esa sobrevida del muerto en el psiquismo de quien está de duelo no es tampoco advertida aún cuando es decisiva. Esa sobrevida en el recuerdo no tiene el mismo estatuto en todos los casos. Si en efecto el contexto es el de una familia cristiana, quien está de duelo puede creer que el ser que acaba de perder está en adelante en el paraíso o en el purgatorio, o incluso en el infierno: aquí nos importa poco lo que será el juicio de Dios ya que evocamos este caso para observar que existe entonces para ese enlutado, cierto más allá que no es de esencia psíquica (cf: el cuerpo glorioso, yacente en espera del juicio, o eternamente quemado), un más allá donde su muerto tiene su sitio. Además, en una amplia medida (y si el causante del duelo cree en la absoluta libertad de Dios a ese respecto, esa medida será absoluta), ese sitio no depende de quien está de duelo. 

Así se ve que reduciendo ese más allá sólo al psiquismo de quien está de duelo, y lo que es más, aislando a quien está de duelo en sus únicos vínculos con el desaparecido (entiendo que se refiere que aislarlo consiste en que ahí donde el sujeto en duelo se presenta hablando una y otra vez de ése/a que ha perdido, el oyente confirmaría que no hay otra cosa para él en el presente que ese vínculo), Freud de algún modo lo carga con una sagrada (¡ésa es la palabra!) responsabilidad

Ésta es además acrecentada por el hecho de que Freud no tiene en cuenta para nada (quedémonos en el vocabulario cristiano) las obra del muerto. Que el muerto haya realizado algo o que su vida haya sido un lamentable fiasco no interviene en su manera de plantear el problema del duelo (de esto se ocupará Allouch más adelante en el libro)

En resumen, Freud piensa el duelo como si fuera la única barrera, la única zona que separa al muerto de su aniquilamiento. Eso es un gran peso sobre las espaldas de quien está de duelo. Y se sorprenden entre los freudianos de que los duelos sean interminables... como si no se hubiera contribuido  mucho para eso"

("Erótica del duelo en el tiempo de la muerte seca", pag 132 y 133, Jean Allouch)


Para informes sobre el taller "PERDER TU PÉRDIDA", escribir a cabado@hotmail.com


Guillermo Cabado

Wednesday, March 16, 2016


"SOLAMENTE SI HAS PERDIDO TU PÉRDIDA" 
(vuelve "Lacan con cine")



"No estudiamos para tener la teoría en la cabeza cuando estamos con un paciente.
Estudiamos para que al estar con un paciente tengamos la cabeza cambiada por la teoría"
(Ricardo Rodríguez Ponte)

"Solamente si has perdido tu pérdida,
cortaremos el hilo
para empezar de nuevo."
(Roberto Juarroz "Poesía vertical")


Un verso de Roberto Juarroz nos da el título para la próxima propuesta de "Lacan con cine".

Allí nos serviremos cada vez de escenas de una película ("Okurubito", "Cigarros", "El séptimo sello", "500 días con ella", "La flor de mi secreto", "Las invasiones bárbaras", "Cerezos en flor" entre otras) como disparadores para abordar la cuestión del duelo.

Como cada vez, el taller será una invitación a la lectura, en este caso del libro de Jean Allouch "Erótica del duelo en tiempos de la muerte seca" y el clásico de Freud, "Duelo y melancolía"

Próximamente anunciaré las fechas de este taller de "Lacan con cine"

Guillermo Cabado
coordinador del taller

Tuesday, March 15, 2016


“Y después, después la voz... en el número” 
(un pasaje del seminario XXI de Lacan, tras la asomada al arte, de ayer en la radio)




Ayer en "Radiofonía" conversamos con una artista, no con una psicoanalista. La conversación con Luciana Jury (1), cantora, trae resonancias de la cuestión de la voz en los planteos de Lacan. Claro, pero ¿entre la voz de la cantora y la voz de la que habla Lacan, ¿hay una relación que no sea sólo de homonimia?.

Como siempre, el programa es una ocasión para leer y tomar posición respecto de lo que leemos. Comparto aquí un fragmento de la reunión del 9/4/74 del seminario XXI (con un título a leer: “Los nombres del padre”/ “Los no incautos yerran”). Ella se inicia con la asociación de la invención con el saber y la famosa mención de Lacan respecto de que el objeto a es lo que él ha inventado, aunque allí no dice que sea su "único invento" sino que “no es entre otros, entre otras cosas” ; es decir: que no es un invento que ingrese en serie con otros. Al final de este pasaje que cito, escritura y objeto a se encuentran.

Tal pasaje sucede aquel 9 de abril de 1974 a continuación de una referencia de Lacan a la lectura que hiciera, o no hiciera, Tristan Tzara de un obsequio suyo: su escrito “La instancia de la letra...”:

“Pero esto se explica, en suma, por el hecho de que eran poetas, y como lo hizo notar hace mucho tiempo Platón, no es para nada forzado, es incluso preferible que el poeta no sepa lo que hace. Esto es lo que da a lo que hace su valor primordial. Ante lo cual en verdad no queda sino bajar la cabeza, si es que puede hacerse cierta analogía, cierta homología, digamos — pero con ese sentido aproximativo para la palabra homo que es el que les señalé hace un rato, cierta homología entre lo que tenemos como obras de arte y lo que recogemos en la experiencia analítica. 

Interpretar el arte es lo que Freud siempre descartó, siempre repudió; lo que llaman psicoanálisis del arte es todavía más descartable que la famosa psicología del arte, que es una noción delirante. Al arte debemos tomarlo como modelo, como modelo para otra cosa, es decir, hacer de él ese tercero que aún no está clasificado. ese algo que se apoya en la ciencia por una parte y por la otra toma al arte como modelo , e iría aún más lejos: que no puede hacerlo sino en la espera de tener que darse al final por vencido. 

Lo que para nosotros atestigua la experiencia analítica es que nos hallamos frente a lo que yo diría verdades indomables de las que debemos testimoniar, sin embargo, como tales, pues son las únicas que pueden permitirnos definir cómo, en la ciencia, lo que tiene relación con el saber, el saber inconsciente, cómo en la ciencia puede esto constituir lo que yo llamaría un borde, es decir, aquello de lo que la ciencia misma como tal está, a falta de una palabra mejor, yo diría "estructurada". Si lo que anticipo para ustedes responde a algo, quiero decir que ustedes me han esperado bastante antes de que yo enuncie que no hay relación sexual, eso es lo que quiere decir. 

Además, señalo que esto no implica decir que lo poco de real que sabemos — que se reduce al número— que lo poco de real que sabemos, si es tan poco, estriba en el famoso agujero, en el hecho de que en el centro está ese topos, que uno no puede más que tapar; ¿con qué?: con lo imaginario, pero esto no quiere decir que el objeto a sea lo imaginario. Es un hecho que el se imagina se imagine con lo que se puede, a saber, con lo que se chupa, lo que se caga, lo que hace la mirada, lo que domina la mirada en realidad, y después, después la voz. Los dos últimos en el número (2), en todo caso seguramente el último lo agregué a la lista yo en tanto que se imagina


(el clásico recurso de Ulises ante el canto de las sirenas, en la pintura de John William Waterhouse)

Pero el hecho de que se imagine no quita nada al alcance del objeto a como topos, quiero decir como lo que se squeeze (“se mete a presión”) para dar su imagen, nada más, para dar su imagen que sólo tiene una ventaja, la de ser una imagen escrita: la que di en el nudo borromiano. El objeto a, es allí que eso se anuda. Hay pues dos caras, en el objeto a: una cara que es tan real como resulte posible, sólo por el hecho de que se escribe. Ven lo que trato de hacer: trato de situarles lo escrito como ese borde de lo real, situar sobre ese borde.” 


(versión extraída del sitio de Acheronta, no es de las que suelo utilizar que son las establecidas por Ricardo Rodríguez Ponte. Los subrayados son injerencia de mi parte)


Guillermo Cabado

(1) Aquí el programa de ayer, 7/3: http://www.ustream.tv/recorded/84237599

(2) Hay en esto un asunto a interrogarse, me parece. Por lo pronto hacer imagen con el recurso del número es diferenciado aquí de hacer imagen con el recurso a del pezón o de la materia fecal. Propongo pensar este recurso del número en la línea de la influencia en Lacan de la lectura de Koyré. Y por este sesgo sugiero la lectura de este comentario de Martín Krymkiewicz, a partir del punto donde alude a Koyré: http://sujetodelaciencia.blogspot.com.ar/.... Agrego tan sólo que la idea de “lista” trabajada por Lacan en su seminario IV remite a la posibilidad de localización de elementos.

Saturday, March 12, 2016


"ENTRE COSAS COTIDIANAS..."