Sunday, October 07, 2018


LEONARD COHEN



(Anthony canta a Cohen)

"Éste es un libro difícil, aún en inglés, si se lo toma con demasiada seriedad. ¿Podría sugerirle que se saltee las partes que no le gustan?. Quizás haya un pasaje o tal vez una página que resuene con su curiosidad. Luego de un tiempo, si usted está suficientemente aburrido, o desempleado, quizás quiera leerlo de principio a fin.
De cualquier modo le agradezco el interés en esta rara colección de ritmos de jazz, bromas de arte pop, arte religioso barato y plegaria ahogada. Eso muestra un interés que indica, a mi parecer, una generosidad bastante descuidada si bien muy conmovedora de su parte.
'Hermosos perdedores' se escribió al aire libre, en una mesa puesta entre las rocas, la maleza y las margaritas detrás de mi casa en Hidra, una isla en el mar Egeo.
Viví allí muchos años atrás.
Era un verano de calor abrasador.
Nunca me cubrí la cabeza.
Lo que tiene en sus manos es más una insolación que un libro.
Estimado lector por favor perdóneme si le hice perder el tiempo"

(Nota al lector chino de "Hermosos perdedores", de Leonard Cohen)


Monday, February 05, 2018



De "La La Land" a "Alice in wonderland":
¿por qué Lacan habla tanto de geometría?

LA "LAND" DEL DESEO 
ES LA TIERRA DEL "ENTRE"


Si bien la etimología de la palabra "geometría"
articula: "tierra""medir" y "cualidad de",
en la definición del diccionario de la R.A.E.
se evapora la "tierra"
y surge el "plano o espacio".
 
(El final de "La La Land":  "¿qué pasaría si volviéramos a la tierra del pasado e hiciéramos otra cosa?") 

***

Desde temprano en su seminario Lacan habla de "geometría": 

"Por ahí entran ustedes en la geometría (...) Recuerden con cuánta precaución se levanta el triángulo isósceles, se verifica que no se ha movido, se lo aplica sobre sí mismo. Por ahí entran ustedes en la geometría, y ésta es la huella de su cordón umbilical. En efecto, nada es más esencial para la edificación euclidiana que el hecho de volver sobre sí mismo algo que a fin de cuentas no es más que una huella, y ni siquiera una huella: una insignificancia. Y por eso se tiene tanto temor, en el momento en que se la capta, de hacerle efectuar operaciones en un espacio que no está preparada para afrontar"

(Lacan en la reunión del 1/6/55 de su seminario 2, el cual de hecho había comenzado meses antes con un problema geométrico abordado por Sócrates)

¿Pero por qué hablar de geometría?

***

Lo que podría pensarse como una disgresión innecesaria de un señor ilustrado, no es otra cosa que la búsqueda de instrumentos (inclusive distintos de los utilizados por Freud) con los que formalizar el espacio del deseo.

Decidir la geometría de la que nos serviremos no sólo define cómo está estructurado dicho espacio sino que responde a esta pregunta:

¿dónde encontramos al deseo?

(Lacan dedicará algunos pasajes de su seminario VI a despotricar contra interpretaciones "psicoanalíticas" sobre "Alicia...". Por ejemplo: "Ese famoso portón del jardín paradisíaco del interior del vientre materno en el cual hoy día se centran, o incluso se precipitan, todas las teorías analíticas")

¿Dónde?...

¿En el presente que añora lo perdido del pasado, inclusive el vientre materno?

¿En ese cuerpo con apariencia apática de un paciente que vino a decirnos "no tengo ganas de venir a terapia"?

¿En ese "colgarse" de una tierra de maravillas, o en la tierra del "La La" (1), cuando "la dura realidad" se nos presenta gris?

¿En esos anhelos que el paciente no logra plasmar en su vida y por ello nos viene a consultar?

***

Veinte años no es nada. Lacan seguirá hablando de la geometría euclidiana en su seminario 22:

"Es incluso por eso ― la historia testimonia de ello ― es precisamente
por eso que la geometría ha pasado por todo, por los árboles,
por las pirámides, las diversas formas de erizos (...) lo que no quiere decir nada más que los
sólidos (..)
En un cierto sentido, diría que hay algo nuevo en que uno se interese
en unas palabras, en unos términos como el de la mesología:
¿qué hay entre, entre qué y qué?. Se trata de definir qué es lo que está
entre"
(Lacan en la reunión del 14/1/75 de su seminario 22)


***

Estos sábados 17 y 24 de febrero a partir de las 18hs
realizaremos un taller de dos encuentros
para servirnos de algunas escenas de "La La Land"
y de la versión cinematográfica de Tim Burton de "Alicia en el país de las maravillas"
para introducir el seminario VI de Lacan ("El deseo y su interpretación"). 

Buscaremos un movimiento que nos permita ir de la tierra al grafo del deseo,
o, si prefieren: de la concreción de los anhelos a la realización del deseo.

Están invitados

Guillermo Cabado



(1) En el habla cotidiana anglosajona la expresión "La La Land" no sólo remite al canturreo sino que con la sigla de "Los Ángeles", meca de la industria cinematográfica, se alude a "un lugar ficticio donde, metafóricamente, se dice que las mentes divagantes, dormidas o soñadoras terminarán yendo a parar". Por cierto la etimología de "wonder" inserto en el "Alice in Wonderland", también se las trae. Hacia allí nos dirigiremos.



Sunday, January 21, 2018


De "La La Land" a "Alice in the Wonderland"



SÁBADOS 17 y 24 de FEBRERO a las 18hs

TALLER de 2 ENCUENTROS 
INTRODUCIENDO EL SEMINARIO 6 DE LACAN 
("El deseo y su interpretación") 

(tomaremos algunas escenas de sendas películas como disparador para el trabajo)


Hay un obstáculo frecuente en nuestra práctica psicoanalítica a la hora de abordar el deseo. Evoco aquí tres aspectos de ese problema: 

1) El paciente viene desganado; su interlocutor piensa “no tiene deseo”.

2) El paciente no logra concretar cierto anhelo; su interlocutor piensa "cuando lo logre habrá realizado el deseo".

3) Si el interlocutor se orienta con la idea de que "el deseo es el deseo del Otro", puede que entienda que eso significa, por ejemplo, que en "La La Land"  la protagonista desea lo que desea su tía (ser actriz).

Nos proponemos dos encuentros para ocuparnos de este obstáculo posible a la hora de interpretar el deseo, introduciendo así el valioso seminario VI de Lacan (“El deseo y su interpretación”). 
Lo haremos al modo de “Lacan con cine”, sirviéndonos de dos relatos:

“La La Land”, el film que pareció ganar el Oscar el año pasado, y “Alicia en el país de las maravillas” (wonderland)”, la obra abordada por Lacan en dicho seminario, en este caso abordada en el cine por Tim Burton. Cierto modo del “land” en esas obras será nuestro disparador para introducir la lectura de "El deseo y su interpretación".


Al fin y al cabo,
como solía decir Ricardo Rodríguez Ponte,
no estudiamos para tener la teoría en la cabeza al escuchar a un paciente.
Estudiamos para tener la cabeza cambiada por la teoría.



Coordina: 
Guillermo Cabado

Informes:
cabado@hotmail.com

Monday, January 01, 2018


¿QUIÉN NO HA DESEADO CRUZAR UN PUENTE?

(escrito en diciembre de 2004.
Material utilizado en 2007 para el proyecto "CUESTA"
intervención callejera en el puente de Ciudad de la Paz al 100
presentado para el VII Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires) (1)

                                                                   
ANTES DEL RELATO, CLIC EN LA ANIMACIÓN:


Querrán palpar con sus propios ojos el extraño sitio del barrio de Belgrano en el que sucediera lo que estoy por contar. Verificar in situ la existencia de esos objetos. ¿Cómo culparlos?. Aguijoneado por la certeza de que para cada quien que llegue al final de este relato pasar por allí será un volver a pasar, estoy tentado de pedirles que al ir lo hagan de noche. La encrucijada en la que se evapora la calle Ciudad de la Paz, y con ella todo el barrio de Belgrano, no es la misma a la hora negra y azul. Y sé que para los espíritus despiertos, que a ellos les hablo, volver a pasar por lo mismo es vérselas con la grieta que se abre siempre en lo idéntico.
Por esos agujeros del cada vez lo mismo, se abisma lo nuevo. Y con ello el vértigo de lo incierto.
Las puertas agudas de lo por venir.

                                                    

Salí de Palermo en la búsqueda acostumbrada de restos que otros dejan en la calle por no hallarle valor de uso ni, menos que menos, de cambio. Fierros, maderas, formas raras de materiales inespecíficos, y así. Esos restos que en manos de otros nunca se sabe en qué podrán transformarse. Palermo se hizo Colegiales. Colegiales, Belgrano. Para entonces decidí el regreso con las manos vacías. Doblé por Ciudad de la Paz desandando camino. Quien haya pasado por allí sabe del puente que cruza por arriba de la vía del tren para desembocar en Dorrego, ahí mismo donde las calles cambian de nombre y nace Soler y con ella Palermo Viejo, ahora extrañamente llamado Hollywood por algún imbécil. Caminaba por la vereda derecha. El dato parece irrelevante, pero no lo es: es que la vereda derecha de Ciudad de la Paz no tiene destino. Quiero decir que se va angostando hasta desaparecer apretada contra la hilera de casas y el muro del puente que sube.



Precisamente en ese punto de fuga en que la vereda se borronea a la vista, me topé con un espectáculo inesperado: un enorme carrete improvisado como mesa, sobre ella restos de vela y una escultura de una cabeza. Al lado un montículo de basura y una silla desvencijada. Mientras me acercaba no supe si sería capaz de desarmar el montaje. Esos no eran restos arrojados a la calle sin valor de uso. No desde que estaban engarzados en una naturaleza muerta: el trabajo humano recordando la línea que nos separa de la inocencia cruda del mundo. Plusvalía pura.

No llegué. Treinta metros antes me topé con el ventanal de un pequeño restaurante rozándome el hombro. Vi sus mesitas irregulares, su decisión pop y un nombre irresistible: “Sifones y dragones”. Me di cuenta de que tenía hambre y un instante después lo olvidé. Es que sobre una de las paredes del restaurante había un cartel colgado que decía “¿quién no ha deseado cruzar un puente?”. Y retomé el camino, abandoné el montaje y crucé de vereda: en el puente el paso para peatones está sobre la izquierda. No sabía lo que iba a encontrar antes de llegar a él.


                                              
    * * * * *

(Quiero decir, por si acaso se arriesgan hasta allí, que después de cruzar el puente, yendo en la dirección que describo, hay un túnel de no más de cuatro metros de largo que perfora la base de la estructura, uniendo ambas veras. Algunos lo llaman “boca de lobo”. Allí en la penumbra y un rato después habría de encontrar a un hombre rodeado por unas pilas de libros y trastos viejos).


                                                        * * * * *

Crucé. Al ganar la izquierda en vez de encontrarme con otra vereda sin destino divisé la escalera para subir al puente. Sin embargo, extraña coincidencia en la que recién ahora reparo, otra vez algo me detuvo antes de llegar a ella. Bordeando el muro de la base del puente rumbo al primer escalón, vi una puerta blanca cerrada. Quien de ustedes vaya hasta ese sitio comprobará que no parece una puerta de calle sino más bien de interiores. Sin embargo tiene una cerradura tipo trábex. Lo extraño es que uno no imagina detrás de ese muro un espacio habitable sino los cimientos del puente. Sin embargo un pequeño cartel blanco, con letras negras, anuncia: “Restaurante invisible”. Y aún más, otro cartel blanco informa el menú con letras similares:    

                             Entrada
Mouse de aire de librería
Sopa de perlas y jabalí
Papas snack con riff de kiss
Caracoles en Salsa Spleen

                            Entremeces
Punk canapé de salame con dulce de leche
Granité de césped escocés y beso con rouge rojo

                             Platos
Pez blanco con salsa de neón rojo
Pato silvestre con nísperos y humo de pipa
Confit de cardos y ranas con sal de circo
Cabellos de ángel con espuma de ruido 

                             Postres
Helado de agua bendita y acero
Bananas con bronce trompeta y prusiana pana azul
Tradicionales diamantes en almíbar jorge de la vega
Guante de box recién peleado con frutillas y chanel nro 5

Café con syrup de telo
Bombones de chocolate blanco y perfume de juguete nuevo
Licor de fox trox

                                                                 * * * * *






Golpeé la puerta. Nadie abrió. Eso que sentía ya no era hambre, era deseo de pato silvestre con nísperos y humo de pipa. Esperé un rato. Volví a intentar. Nadie respondió. Entonces me di por vencido. Subí el puente, lo crucé, empecé a descender. Divisé a cincuenta metros Dorrego y la continuidad de los barrios. No deseaba otra cosa que ese menú. Al bajar el último escalón, como una sombra fantasmal percibí a mi derecha la boca del túnel que pasa bajo el puente y une ambas veras. Allí estaba el hombre. Me dijo: “¿probó el helado de agua bendita y acero?”. Cortó la hoja de un libro y me la extendió al modo de un repartidor de volantes. En la penumbra observé que en el margen había algo manuscrito. Le pregunté si él era el dueño del restaurante. 

- ¿Cuál? 

- El que sirve pato silvestre con nísperos y humo de pipa 

No respondió. 

Leí en la penumbra, era una página de “Elementos fundamentales para la crítica de la economía política” de Marx: “El capitalismo parte del supuesto de que la cantidad de tiempo de trabajo es el factor decisivo en la producción de riquezas. A medida de que la industria progrese, la creación de riquezas se volverá cada vez menos dependiente del tiempo de trabajo obrero y cada vez más dependiente de la ciencia aplicada a la producción”.

- Je, lea el agregado de mi puño y letra.



Leí: “¡¡Escrito en el siglo XIX!!. La lógica del sistema es inexorable”. Me dijo:

- Ésa era mi letra de hace quince años. Ya no me sale esa letrita grandilocuente de escribir palabras llenas: “política”, “agremiación”. Hace rato que están desnudas, ¿no es cierto?. Y ahora todos sabemos que no tenían nada adentro.

- Un gallo desplumado. Puede ser la suerte de cualquier palabra

Se enfureció: "¡y sin embargo militamos por ellas!"

- ¿Qué no hacemos por ellas?.- también podría haber hecho un comentario sobre la humedad, no podía pensar en otra cosa que en el pato, acaso por eso se me ocurrió lo del gallo

- Bueno, lleve que estoy ocupado.

Vi que la furia se le había evaporado entonces quise preguntarle, pero continuó:

- Imaginando fuentes de trabajo...

Hubo un silencio. Segundos interminables. Me miró impaciente (recién ahora lo noto). Al fin me decidí:

- ¿Cómo es el confit de cardos y ranas con sal de circo?

Respondió:

- E imaginando fuentes, imagino socios. El sistema tiene agujeros, y por esos agujeros arrojo los dados de mi apuesta, día tras día. Un día, otro día, otro día. Siempre igual. Allí está la diferencia.

Me llamó la atención: a pesar de su aspecto andrajoso había utilizado la “e”, precisamente para evitar la cacofonía con la “i” de imaginando.

                           
                                                                                                                         Guillermo Cabado
(diciembre de 2004)



 (1) El proyecto de intervención callejera fue diseñado junto con Cintia Miraglia y Pablo Estévez. Música de "La Todo Mal Orquesta"

Poco tiempo después de este proyecto la mencionada "boca de lobo" fue reemplazada por una desangelada oficina de un CPG. 
Aún así todo ese sitio mantiene su vieja atmósfera cuando se hace noche.